EL CAMINO DE ESPAÑA HACIA SU DEMOCRACIA
Entendiendo por Democracia una forma de vivir en la
que, para todas las personas, la igualdad esté situada en el mismo plano que la
libertad, ya plenamente metidos en el siglo XXI, no se concibe una sociedad
medianamente justa sin la Democracia como sistema de gobierno, ello
independiente de que éste sea Monarquía o República, máxime teniendo en cuenta
que pasan por sistemas avanzados de democracia monarquías como las de los
países nórdicos y… ¿Por qué no, España? Cierto, muy cierto es, que fue en
España en donde tuvieron lugar los concilios políticos religiosos (más
políticos que religiosos) de Toledo; que fueron las Cortes de León del año las
pioneras del debate parlamentario en la Cristiandad Europea, que fue la Reina
Isabel I quien, al descubrimiento de un Nuevo Mundo, inició el debate sobre la
universalidad de los derechos humanos…, etc., etc. Todo ello ¿nos dice algo a
los españoles?
EL DESAFÍO DE LOS HIJOS DE ABRAHAM
Abraham creyó con inquebrantable firmeza
y, consecuentemente, orientó su vida de tal manera que se hizo merecedor de ser
elegido para abrir la brecha hacia la conquista de la plenitud para todos los
que se dicen hijos suyos, más por la fe que por la sangre, más que en estéril
resignación en fecundo desafío hacia todo lo que enturbia el horizonte de su
propia realización personal. Difícil empeño hasta que, en la “plenitud de los
tiempos”, el hijo de Dios se hizo Hombre y allanó el camino a todas las personas
de buena voluntad, que ya saben que, a base de fe y amor, pueden lograr todo lo
que realmente les conviene.
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